jueves, 8 de enero de 2009

Convivencia de fin de año en Pirineos

Eran poco más de las doce del mediodía del domingo 28 de diciembre. Llovía. En Madrid, miles de personas celebraban con el Cardenal Rouco Varela el Día de la Sagrada Familia. Mientras, en nuestra ciudad la caravana de coches llenos de jóvenes y de equipaje salía de la Parroquia de los Santos Juanes hacia los Pirineos.Unas siete horas después, en el pueblo de Plan (Huesca) nos reunimos con dos de los matrimonios y sus hijos con los que también compartiríamos estos días de convivencia. Esa misma noche se nos uniría otra familia, que venía de la celebración en la capital, y al día siguiente otra más. En total éramos dieciséis jóvenes, cuatro matrimonios, doce niños y mosén Rafa, nuestro párroco.Nevaba cuando, al fin nos alojamos en el albergue parroquial de Bielsa, un pueblo de no más de 200 habitantes anclado en los Pirineos aragoneses, cerca de la frontera con Francia. El primer día, después de rezar Laudes en la capilla de la iglesia de Bielsa y dedicar dos horas de estudio, recorrimos el Valle de Pineta donde pudimos disfrutar de la nieve y de un paisaje "de película" a los pies de Monte Perdido, la tercera cumbre de los Pirineos con 3.355 metros de altura, en el Parque Nacional de Ordesa, Patrimonio de la Humanidad desde 1997. Comida en el Parador Nacional de Pineta (bueno, en el porche del Parador) y más juegos y trineo por la nieve. Por la tarde la Eucaristía, la cena y el descanso.Ilusionados, al día siguiente atravesamos el túnel de Bielsa para pasar a Francia donde se cumplió el deseo de ir a las pistas de esquí de Piau Engaly. Comimos y después aprendimos a esquiar (o lo intentamos, todo hay que decirlo) mientras otros jugaban con los trineos o simplemente gozaban de las vistas mientras nos guardaban las mochilas. Todos disfrutamos de aquel día inolvidable. Además, esa noche, tras las horas de estudio y la cena, los jóvenes recibimos una enriquecedora catequesis sobre matrimonio y sexualidad, incluyendo los testimonios de los matrimonios que nos acompañaban. Al día siguiente, volvimos a cruzar la frontera para peregrinar a Lourdes, a la Gruta donde hace 150 años la Virgen María se le apareció a la niña Bernardette Soubirous y ahora la sentíamos nosotros presente al pasar uno a uno por la Gruta de las apariciones para encomendarnos Ella. Por la tarde celebramos la eucaristía en Bielsa dando gracias a Dios por el año que nos había regalado. Tras la cena, a las doce, todos juntos en la pequeña sala del albergue nos comimos las uvas al toque de las campanadas de Rafa, festejando el año nuevo con cantos, magia, imitaciones, chistes y muy buen humor.El día primero de año, hecha la limpieza general, regresamos a casa con el recuerdo de aquellos días de convivencia tan especiales. Unos días de alegría, en un ambiente de comunión y de entrega, a pesar de la precariedad del lugar, el cansancio o la diferencia de edades y de maneras de ser de cada uno de nosotros. Eso sí, ya le hemos dicho a Rafa que se ha de repetir. (Crónica de Isabel Ruiz Garnelo)

sábado, 3 de enero de 2009

Festival de Villancicos




El pasado domingo 21 pasamos una maravillosa jornada de familia parroquial, que animó nuestros corazones con la actuación de 14 grupos parroquiales que cantaron sus villancicos con mucha creatividad, originalidad, gracia y humor. Empezamos a las 18h. con la Santa Misa que presidió nuestro Obispo Auxiliar de Valencia, D. Enrique Benavent, que se quedó también al Festival de Villancicos y los disfrutó como si el fuese él párroco.
Una genialidad del Festival fue la original felicitación navideña en vídeo, en la que intervinieron más de 100 personas distintas entre niños, jóvenes, mayores, matrimonios… El final fue una graciosa nota de humor con la proyección de las tomas falsas de la felicitación navideña.
¡Qué jornada más bonita! A todos gracias y Feliz Navidad.