lunes, 22 de septiembre de 2008

Viaje a Lérida


El pasado 21 de septiembre de 2008, en una emocionada celebración en la catedral nueva de Lérida, nuestro paisano Monseñor Juan Piris Frígola, inició su ministerio como Obispo de aquella diócesis catalana.
Para acompañar a nuesto paisano, un autobús de feligreses de Cullera partimos el viernes 19 en un viaje inolvidable: tuvimos oportunidad de recorrer la ruta del Cister catalán por los monasterios de Poblet, Santes Creus y Valbona de les Monjes. También tuvimos una hermosa visita por la ciudad de Lleida y la Seu Vella guiados siempre por marníficas profesionales.
La convivencia, la oración, la cultura, las celebracciones... llegaron a su cénit en la celebración con D. Juan Piris que, emocionado, nos fue abrazando uno a uno al recibir nuestra cariñosa felicitación.

¡FELICIDADES, D. JUAN! ¡ÁNIMO EN TU NUEVA MISIÓN!

Seguro que todos los que hemos ido tenemos algo que contar. Aprovecha y particpa en este Blog enviando tus comentarios y experiencias. Debes poner tu nombre para que aparezacan publicados.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Aarón en el Seminario Menor


El pasado día 12 de septiembre, un jóven de nuestra parroquia de Santos Juanes de Cullera, Aarón Delgado, ingresó en el Seminario Menor de Valencia que está en Xátiva.
Si quieres unirte a él para animarle, rezar y conocerle más, puedes participar en este Blog poniendo siempre tu nombre y apellidos con tu dirección electrónica. De lo contrario no se publicará ningún comentario.


Aquí podemos leer ahora el testimonio personal de su vocación:


* * *


Soy Aarón, un chaval de 14 años. Escribo estas líneas para expresar un sentimiento muy especial que ha nacido dentro de mí, que hasta el momento solo era conocido por mi familia y Rafa, mi párroco.
Nací el 16 de Abril de 1994. Al tiempo, empecé cursando mis primeros estudios en el C.P. Luis Vives. Iba creciendo y pase a cursar los estudios de la E.S.O al instituto Blasco Ibáñez. Al mismo tiempo, compaginaba actividades de fútbol, rugby y unos estudios complementarios de música. Junto a todas estas actividades, también descubrí el movimiento Junior en la Parroquia; una actividad un poco atípica en primera instancia, en la cual, el sábado por la tarde te hablaban de Jesús y de sus cosas, mezclando juegos con enseñanzas, que al final del curso culminan con un campamento maravilloso.
Empecé a cursar la E.S.O. en el instituto y al mismo tiempo empezaron las catequesis de confirmación.
En la sociedad tan extraña a la que estamos sometidos diariamente, es un poco complicado que un chico de 13 años acuda al mismo tiempo a un instituto público y a unas catequesis y encima que asiste a clases de religión, donde el 97% del alumnado asiste a la asignatura de alternativa.
En un principio este determinante me dio fuerzas para que el oír hablar de Jesús, tuviera todavía más sentido. Sentía que en lugar de tener vergüenza, de estar, como aquel que dice, solo ante el peligro, me sentía orgulloso de asistir a esas clases.
Mi idea de ir al seminario, surge por culpa de mi madre: un día llegó a casa con una proposición que a mí, me pareció descabellada. Quería que acogiéramos un fin de semana a un seminarista. Mi reacción fue una rotunda negativa. ¡NOOOO!. Por un lado, tenía que ceder mi habitación y por otro lado, frente a mis amigos y amigas sería fatal; ya era raro para ellos que fuera a clases de religión, a confirmación, ir los domingos a misa, y ahora esto. No. ¡No podía ser!. Pero, no contaba con el pequeño problema de que a mi madre no le servía un no sin más explicaciones. Conversamos largamente y al final me convenció.
Vino Joan Camps a mi casa, y yo alucinaba, porque me esperaba un chico serio, reservado y sólo hablando de lo suyo y me encontré con un chaval como yo. Comenzamos a charlar y me invitó a unas convivencias en el seminario. Ahí vi que todo era tan normal y fue cuando empecé a sentir que el Señor es tan sencillo y accesible que cualquiera de nosotros puede estar dispuesto a seguirle. Conocí la existencia del grupo Samuel, en el que se realizaban convivencias en el seminario. Fui a una de ellas y me lo pasé de lo mejor. Allí conecté mucho con un seminarista (Pepe), y me habló al corazón y una conversación que me llegó mucho y por si se me olvidaba, cuando me despedí, en la mochila me escribió una frase-reto “Sigue la llamada de Dios”. Ahí empezó la semilla que quería crecer en mí. Volví a otra convivencia y a otra, y ahí vi, que allí dentro estaba muy a gusto y haciendo cosas que me gustaban. Con dudas, por supuesto por mi juventud, comenté con mis padres, la idea de ingresar en el seminario, pero hablando con Rafa, vi las cosas más claras.
Tengo miedo al fracaso, miedo a equivocarme al decidir el futuro de mi vida, pero he comprobado que en este momento siento que Jesús me quiere tener cerca y yo a Él, y solo aclararé e intensificaré mi verdadera vocación estando junto a los que han decidido lo mismo que yo.
Cuando estas líneas salgan publicadas yo ya estaré en el seminario, empezando una etapa nueva y distinta en mi vida. Sólo se me ocurre una cosa, encomendarme a Él y que disponga de mí, según su voluntad. Rezad por mí.
Un abrazo.
AARON DELGADO BLASCO