Llegado el verano de nuevo los Juniors de la parroquia Santos Juanes de Cullera nos hemos ido de campamento. Este año el lugar escogido fue Navalón, durante los días 25 a 30 de julio. Y, como otras veces, ha sido una experiencia inolvidable.
Desde el primer momento, el nutrido grupo de 60 acampados entre niños, monitores, premonitores y el párroco, pudimos disfrutar de todo tipo de actividades: divertidísimos rallyes, emotivas eucaristías, fantásticos y variados talleres, una noche al aire libre admirando las estrellas, las visitas del misionero Dominik y de las Hermanitas del Cordero, actuaciones teatrales, excursiones, canciones… culminando con la celebración de entrega de la pañoleta a aquellos que cumplían su segundo campamento con nosotros. Todo esto, para conocer un poco más las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, templanza y fortaleza, que a modo de los cuatro puntos cardinales nos han de guiar en el camino de nuestra vida de ahora en adelante.
Y lo que es más importante: ha significado una experiencia de encuentro con Dios, bien a través de ponerse al servicio del prójimo, bien mediante las catequesis y la Palabra que se nos partía a diario, bien por los testimonios, bien por las celebraciones...
Finalmente, no podemos olvidar la generosidad derramada por el conjunto de personas que gratuitamente se pusieron a nuestro servicio en la cocina.
Así, a todos los que de una manera u otra lo han hecho posible… ¡de nuevo, gracias! ¡Y hasta el curso que viene!
Desde el primer momento, el nutrido grupo de 60 acampados entre niños, monitores, premonitores y el párroco, pudimos disfrutar de todo tipo de actividades: divertidísimos rallyes, emotivas eucaristías, fantásticos y variados talleres, una noche al aire libre admirando las estrellas, las visitas del misionero Dominik y de las Hermanitas del Cordero, actuaciones teatrales, excursiones, canciones… culminando con la celebración de entrega de la pañoleta a aquellos que cumplían su segundo campamento con nosotros. Todo esto, para conocer un poco más las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, templanza y fortaleza, que a modo de los cuatro puntos cardinales nos han de guiar en el camino de nuestra vida de ahora en adelante.
Y lo que es más importante: ha significado una experiencia de encuentro con Dios, bien a través de ponerse al servicio del prójimo, bien mediante las catequesis y la Palabra que se nos partía a diario, bien por los testimonios, bien por las celebraciones...
Finalmente, no podemos olvidar la generosidad derramada por el conjunto de personas que gratuitamente se pusieron a nuestro servicio en la cocina.
Así, a todos los que de una manera u otra lo han hecho posible… ¡de nuevo, gracias! ¡Y hasta el curso que viene!
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