Nuestra querida paisana, la Hna. Paqui (Hna. de la Caridad de Santa Ana) que ha estado tantos años en las misiones en el país africano de Ghana, trabajando en la promoción humana y cristiana de las mujeres marginadas, explotadas, prostituidas o empobrecidas, ha sido un exponente de las personas que hacen grande el nombre de Cullera por su gran amor a Dios y al prójimo. Muchos hemos estado unidos a ella durante todo este tiempo con nuestra oración y con nuestras ayudas para sostener todos sus trabajos apostólicos. Ahora el Señor la llama a seguir trabajando por el Reino de los Cielos pero en otro ámbito, dejando África y regresando a España.
Le hemos pedido que nos cuente cual es su situación ahora y cómo la vive, y también que nos cuente su experiencia misionera durante estos años y aquí tenemos su hermoso testimonio.
AQUÍ ESTOY, SEÑOR, TÚ ME HAS LLAMADO…HÁGASE TU VOLUNTAD
Cuando en mi Profesión Religioso fui llamada por mi nombre, respondí con un: “AQUÍ ESTOY, SEÑOR, TÚ ME HAS LLAMADO”. Desde aquel mismo instante, si no ya desde mucho antes, supe que mi vida ya no me pertenecía sino que ésta tenía su pleno sentido en ese SER PARA LOS DEMÁS. Desde ese convencimiento siempre ha tenido en mi mucha fuerza lo que tantas veces repetimos en la oración que a todos nos hace Hijos de Dios y a todos nos hace hermanos: “HAGASE TU VOLUNTAD”. Una voluntad expresada a través de nuestras Superioras.
En diciembre, después de muchos años en Ghana, aterricé en España, donde iba a quedarme unos meses de reciclaje al mismo tiempo que compartía vida y misión con mis hermanas del Colegio de Utiel. Mi billete de vuelta estaba fechado para diciembre de este año. No creía que la obediencia me estaba preparando otro destino: nuestro Colegio de Alcañiz. “La Provincia te necesita ahora en España”, éstas fueron las palabras de mi Superiora Provincial. Ante ellas no pude sino repetirme nuevamente “HÁGASE TU VOLUNTAD”. Él sabe cuánto me cuesta no volver a Ghana pero sé que también me da la fuerza necesaria para asumir mi nueva misión.
Sólo me queda lanzar una pregunta a todos los que me leáis ¿qué pasará con la gran ayuda que desde distintas Instituciones, distintos grupos, con todos aquellos que colaboráis con la asociación “Amigos de Ghana”, con los que de forma individual y anónima habéis estado ayudando a nuestras chicas de la Escuela Profesional de Promoción de la mujer de Elmina (Ghana)? Esto es lo que hoy me preocupa y por ello permitidme que me atreva a pediros que sigáis ayudándolas, porque conmigo o sin mí las necesidades son las mismas. Ellas, nuestras alumnas, nos siguen necesitando. Los cauces para que lleguen las ayudas siguen siendo las mismas: el grupo “Amigos de Ghana” o a través mío.
Una vez más tengo que repetir, desde lo más profundo de mi misma un GRACIAS POR TODO Y POR SIEMPRE CULLERA.
EXPERIENCIA MISIONERA: LA MUJER EN AFRICA, PROSTITUCIÓN Y NUESTRA MISIÓN
En todo el mundo y en toda circunstancia, la familia desempeña un papel crucial, ya sea como elemento de estabilización en situaciones de conflicto, ya sea en la educación y en servicio a la sociedad. Todas las mujeres, prescindiendo de sus diferentes realidades, forman parte de una familia y este papel no puede ser ignorado. Y si no puede ser ignorado menos en el continente africano donde el papel de la mujer es insustituible, aunque no se le considera en su totalidad el rol que ésta desempeña.
Había en un hospital un poster dibujado de una mujer africana con infinitos brazos y cada brazo haciendo una tarea: llevando agua en un jarrón transportándolo en la cabeza, lavando la ropa, cocinando, barriendo y limpiando la choza, cuidando del niño que llevaba a la espalda, cosiendo, dando apoyo al marido, buscando leña para el fuego de la cocina..y… realmente !ésta es una mujer africana!
Además de todo esto, hay que aportar un mínimo a la economía de la casa y muchas se ven en la obligación de dedicarse a la prostitución.
Teniendo esta realidad como telón de fondo se fundó nuestro centro, un centro de Formación Profesional de Promoción de la Mujer en Ghana. Fue en el año 1974. A esta llamada respondimos, las Hermanas de la caridad de Santa Ana, con mucho gusto porque incidía en nuestro carisma ya que se trataba de chicas con bajo nivel económico, chicas que no podían continuar sus estudios y que además tenían dificultades familiares, por lo que se daban fácilmente a la prostitución. Su familia las embarcaba a Costa de Marfil y con un solo objetivo: dedicarse a la prostitución. Todavía hoy, cuando alguna joven se acerca al hospital y se sospecha que puede haber contraído el sida, una de las preguntas que se les hace es si ha estado en Costa de Marfil.
Hoy, como bien sabemos, existen redes bien organizadas, que se dedican al tráfico sexual o turismo de prostitución sexual, como también se le llama. Y, precisamente ahí estamos las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, con el gran respaldo, apoyo, colaboración y buen hacer de la Fundación Juan Bonal.
Sin el apoyo de la Fundación y sus colaboradores muchos proyectos por mejorar la situación de muchas jóvenes, se quedarían sin hacer.
Desde que comenzamos esta misión ha habido momentos de gozo y de impotencia también. Sin lugar a duda esos momentos de gozo vienen marcados al constatar los resultados. Encontrarte con antiguas alumnas, que han sido capaces de poner en práctica todo lo aprendido, que hoy pueden valerse por ellas mismas, alumnas que están llevando una vida de familia digna de admirar, alumnas que se están ganando el pan de cada día, honradamente, no deja de ser motivo de alegría.
Pero también hemos experimentado momentos de impotencia. Impotencia cuando te encuentras con las realidades de las alumnas que nos llegan, realidades que nos hablan de pobreza, de necesidad; impotencia al querer llegar a resolver muchas de sus dificultades y ver que no puedes llegar a todo porque “poderoso caballero sigue siendo don dinero”
Ante una realidad bien patente como es la INMIGRACIÓN, estamos convencidas de que estamos más que nunca en línea también de una EDUCACIÓN PREVENTIVA, sencillamente porque les estamos “enseñando a pescar en lugar de darles simplemente el pescado”. Si les ayudamos a edificar un futuro próximo que les permita vivir dignamente, no abandonarán su país para ponerse en manos de esas organizaciones sin escrúpulos que, con la promesa de llevarlas a una vida mejor, no hacen sino abocarlas a la prostitución y a ser explotadas, como en el caso de Akosua: Ella misma nos cuenta “me dijeron que mi trabajo sería cuidar de los niños pero me encerraron en una habitación donde me prostituían. Una vez me escapé, pero sabían donde vivía. Amenazaron a mi familia y ésta me obligó a regresar”
Un número creciente de países se ha comprometido firmemente a afrontar los factores profundos del tráfico de mujeres y niñas para la prostitución y otras formas de comercio sexual.
Nosotras, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y la Fundación Juan Bonal, trabajamos para que ninguna mujer, para que ninguna niña viva tal decadencia humana. Sabemos que la mayoría de las mujeres prostitutas en nuestro país proceden de países empobrecidos y llegan a España a través de redes de trata y de tráfico.
En un mundo donde se habla de globalización, entendiendo el término como solidaridad, como reparto, donde las diferencias sean menos diferencias, donde todos tengamos acceso a todo, donde las posibilidades se traduzcan en “puertas abiertas”, queremos gritar a todos que hacen de la solidaridad un estilo de vida, que necesitamos sigáis ayudándonos.
No puedo sino agradecer a la Fundación Juan Bonal y Colaboradores su esfuerzo y apoyo en nuestros proyectos, proyectos amasados en la generosidad de todos aquellos que comparten misión con nosotras: Ayuntamientos y otras Instituciones, ONGs, Colegios, Asociaciones, Amigos…
Hna. Paqui Martínez (Hna. de la Caridad de Santa Ana)
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